viernes, 10 de febrero de 2017

Toluca, la victoria es roja (Reflexiones en su Centenario).

(Fragmento del Ensayo "Toluca es el Tema", ganador del Premio Municipal de la Juventud 2014)
Por: Iván Valdés.
Retomando la mala planeación de una ciudad que nunca imaginó rebasar tanto sus límites, la “Bombonera” en algún momento construida a las afueras de la ciudad, se convirtió en el estadio más absorbido por la mancha urbana de todo México, apenas a unas cuadras del centro de la ciudad. Hoy en día es un recinto pequeño, incómodo, sin estacionamiento, que enloquece a toda la ciudad, es acaso yo diría, íntimo. 
Los foráneos no lo comprenden, no les gusta, en breve siempre sugieren demolerlo, hacer uno nuevo, uno mejor uno más moderno (lo cual se consumó magistralmente en 2017, año de su centenario). De algún modo todos los aficionados al Toluca lo deseamos también, pero siempre surge el remordimiento de la nostalgia, y es que ¿cómo se transfiere la gloria entre edificios de cemento? ¿Quién demolió el Coliseo romano? ¿Un estadio más moderno más cómodo, más actual? Sí claro, pero cómo, dónde. Este equipo nunca imaginó a ser tan grande como es hoy en día.
Entre aficionados al futbol hay mucho de bravuconería y falacias. A veces el fútbol parece el lenguaje de los necios. ¡Mi equipo es el mejor! ¡Mi equipo es el más grande! ningún argumento racional compite cuando estos dogmas entran en juego. Los medios de comunicación abonan a la falta de objetividad, el negocio es la polémica, no el acuerdo. 
Soy un humilde y orgulloso aficionado del Toluca. Seré muy puntual al respecto. Cuando el debate ha llevado a la diatriba sobre si Toluca es un equipo grande, escucho atento todos los argumentos que lo reniegan, siempre son los mismos: ciudad  pequeña, poca afición, estadio viejo (lo cual se superó magistralmente en 2017, año de su centenario), torneos cortos. Tienen razón. El Toluca es un equipo regional, acaso de una sola ciudad. 
Los llamados equipos “grandes” son equipos nacionales con nombres enormes (así lo dicta el marketing): América, Universidad Nacional, Cruz Azul, acaso el Guadalajara es el único que alude a una ciudad específica, aunque ampara los sentimientos nacionalistas de todo el país; todos tienen grandes capitales económicos y acaparan las portadas de diarios y revistas deportivas, venden más. Tienen en correspondencia aficiones voluminosas. En las encuestas Mitofsky, sobre afición en México al futbol, el Toluca ha ocupado “marginalmente” entre la quinta y la novena plaza en cuanto a afición se refiere en los últimos 10 años (2008-2017)
Sin embargo, por la misma razón, los aficionados al Toluca somos los más ganadores de todos, me explico: si  los logros o campeonatos de un equipo fueran compartidos, literalmente compartidos, con su afición, los 12 campeonatos del América, los 11 de Chivas, 8 de Cruz Azul y 7 de la Universidad, serían poca cosa repartidos entre sus millones de aficionados de todo el país. Pero nuestras 10 copas, las del Toluca, se reparten entre el número íntimo de sus aficionados y, así, nos tocan más campeonatos por aficionado (campeonatos per cápita dijeran los economistas), y eso me conforta enormidades, más aún ante las grandes vociferaciones mediáticas que siguen hablando de las viejas glorias de los otros equipos. A mis años, he visto 7 veces campeón al equipo chico de mi pueblo, ni más ni menos, cuando quienes le dicen chico solo han visto campeón a su equipo 2 o 3 veces como  máximo. !Siete veces campeón! ¿quién puede decir algo semejante? !Ah, sí! sólo mi padre que lo vio campeón 10 veces. Sobre mi afición no diré más nada al respecto.
Como último punto respecto al plano deportivo tengo que hacer referencia a un triunfo toluqueño sin precedentes: la crónica deportiva. Si bien Juan Dosal fue uno de los pioneros en cuanto a comunicadores deportivos toluqueños, Christian Martinolli, se ha encumbrado en la cima de la narración deportiva del país, reconocido aún a nivel internacional por su estilo y crítica sagaz hacia los deportistas, acabando en 2013 con el imperio de Enrique “Perro” Bermúdez construido a lo largo de 20 años en la década de los noventa y la primera del s. XXI, es sin duda el toluqueño con más apariciones y picos de rating en la televisión nacional al día de hoy (En la actualización de este texto no quiero dejar fuera el reconocimiento al cronista y narrador Juan Carlos Cartagena, como digno representante de las nuevas generaciones de periodistas deportivos de corazón rojo y profesionalismo verde y oro).

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